Su localización geográfica y las características arquitectónicas del edificio incrementan su conexión con el paisaje que lo circunda y que parece fuera de la realidad: el Octant Douro, construido en piedra de esquisto y vidrio, en un sistema de escarpes que se extiende casi hasta el río, se basó en una serie de preocupaciones ambientales y de coherencia con el medio que lo circunda.
Aquí la construcción humana no entra en conflicto, es más bien un elemento de conjugación con el río y las montañas que lo rodean –un ejemplo de ello son las dos piscinas exteriores, ambas infinitas, donde casi nos sentimos parte del paisaje.
En el Octant Douro, la naturaleza circundante es una constante: debido a los diversos balcones, patios y enormes paredes de vidrio, cualquier sector del hotel está colmado de montaña, de río, o de ambos.
La decoración de los distintos espacios, tanto exteriores como interiores, realizada por Cristina Jorge Carvalho, acentúa la sensación de que la naturaleza nos abraza. Una elección en la cual prevalecen elementos de diseño moderno del medio siglo, en la que cada uno de los sectores del hotel se abren hacia el exterior (de acuerdo con las características del estilo, tal como fue concebido por el atelier Le Corbusier en la década de 1920), reinterpretados para dar al espacio una sensación de comodidad y calidez.
La modernidad del espacio es uno de los puntos diferenciales de Douro41 Hotel & Spa: no nos encontramos en una masía ochocentista, ni en las rutas más turísticas, como es habitual en la región. Estamos en un hotel que es una obra de arte que interactúa en permanente diálogo con el río y el valle, y es en ese diálogo que se desarrolla el concepto del hotel: un espacio sofisticado pero minimalista, atento a todos los detalles y a todas las necesidades de quien lo visita pero en una total comunión con el espacio que lo rodea. Aquí es fácil olvidarse de la realidad, del paso del tiempo y de todo lo que hay más allá de las curvas del río; solo de vez en cuando, al pasar por delante de un crucero, recordamos que hay más mundo más allá.
Y fue con la conciencia del efecto abrumador que tiene el entorno que se buscó mejorar toda la zona del spa (que incluye varias salas de tratamiento, sauna, baño turco, ducha de sensaciones y una piscina interior climatizada con vista panorámica del Douro). Esto llevó a la asociación con la renombrada marca irlandesa Moss Of The Isles, cuya línea de productos busca celebrar simultáneamente la conexión con la naturaleza y revitalizar el cuerpo y el alma.